Los puzzles desde bebés son una actividad divertida y educativa que pueden tener múltiples beneficios para los niños y adultos de todas las edades. Aquí te presentamos algunos de los beneficios más importantes, cuándo comenzar a utilizarlos y el tamaño de piezas recomendadas por edad.
Beneficios de los puzzles desde bebés:
- Mejoran la coordinación ojo-mano: Al trabajar con piezas pequeñas, los niños y adultos deben coordinar sus movimientos para encajar cada pieza correctamente, lo que mejora la coordinación ojo-mano y la motricidad fina.
- Fomentan la resolución de problemas: Los puzzles son un desafío, y al intentar resolverlos, los niños y adultos aprenden a desarrollar habilidades para resolver problemas, como la lógica, la deducción y la planificación.
- Estimulan la concentración y la paciencia: Al trabajar en un puzzle, es necesario prestar atención a los detalles y tener paciencia para encontrar y encajar cada pieza en su lugar. Esto ayuda a mejorar la concentración y la capacidad de espera.
- Mejoran la memoria y el pensamiento espacial: Los puzzles requieren que los niños y adultos recuerden la forma, el tamaño y el color de cada pieza, lo que ayuda a mejorar la memoria y el pensamiento espacial.
- Son una actividad social: Los puzzles pueden ser una actividad divertida y relajante para compartir con amigos y familiares, lo que fomenta la socialización y el trabajo en equipo.
¿Cuándo comenzar a utilizar puzzles y el número de piezas recomendado?
Los puzzles pueden ser utilizados desde edades muy tempranas, incluso en bebés a partir de 6 meses, utilizando puzzles de madera con piezas grandes y fáciles de agarrar. A medida que los niños crecen, se pueden ir incrementando la cantidad de piezas y la dificultad del puzzle.
La cantidad de piezas en un puzzle debe ajustarse a la edad y habilidades del niño para que pueda disfrutar de la actividad sin frustración y lograr los beneficios educativos.
Aquí te presentamos algunas recomendaciones generales sobre la cantidad de piezas que debería tener un puzzle en función de la edad:
- De 6 meses a 18 meses: para estos primeros meses es recomendable utilizar puzzles de encajar, con piezas grandes, de fácil agarre como pomos y de 2 a 4 piezas. Al principio se familiarizarán con ellos, y quitarán las piezas y poco a poco empezará la etapa de encajar.
- De 1,5 a 3 años: los niños pueden comenzar a trabajar con puzzles con 5 a 8 piezas, preferiblemente con imágenes simples y reconocibles, como animales, objetos cotidianos o formas geométricas.
- De 3 a 4 años: pueden trabajar con puzzles de 10 a 20 piezas, con imágenes más detalladas y complejas. También pueden comenzar a trabajar con puzzles de bloques o rompecabezas en 3D.
- De 4 a 6 años: uso de puzzles de 20 a 50 piezas, con imágenes más desafiantes, como mapas, paisajes o escenas de la naturaleza. También pueden trabajar con puzzles con formas irregulares o en 3D.
- A partir de 6 años: uso de puzzles de más de 50 piezas, con imágenes más complejas y detalladas. También pueden comenzar a trabajar con puzzles en 3D más grandes y desafiantes.
Es importante tener en cuenta que estas recomendaciones son generales y que cada niño tiene su propio ritmo y habilidades, por lo que siempre es importante supervisar su trabajo y ajustar el nivel de dificultad según sea necesario.
En resumen, el uso de los puzzles desde bebés pueden tener múltiples beneficios como el desarrollo de la coordinación ojo-mano, la resolución de problemas, la concentración, la memoria y el pensamiento espacial.