El período conocido como los «terribles dos años» es una etapa del desarrollo infantil que suele ser difícil para los padres y/o cuidadores. Generalmente comienzan cerca del segundo cumpleaños de un niño y pueden durar hasta los tres años.
Los niños de dos años de edad están experimentando un gran crecimiento y desarrollo en varios aspectos, lo que puede llevar a comportamientos desafiantes y momentos de frustración para todos los involucrados.
Uno de los aspectos más desafiantes de los dos años es el desarrollo del lenguaje. Los niños de dos años están comenzando a hablar, pero todavía no tienen la capacidad de expresar todas sus necesidades y deseos de manera clara. Esto puede llevar a berrinches y llantos, ya que el niño no puede comunicarse de manera efectiva.
Además, están aprendiendo a ser más independientes, lo que a menudo significa que quieren hacer las cosas por sí mismos. Esto puede llevar a comportamientos obstinados y a menudo se traduce en una lucha de poder entre el niño y los padres o cuidadores.
Otro aspecto importante es el desarrollo emocional. Los niños a esta edad están experimentando una amplia gama de emociones, incluyendo alegría, tristeza, enojo y frustración. Sin embargo, todavía no tienen la capacidad de regular sus emociones de manera efectiva, lo que puede llevar a comportamientos impredecibles y explosivos.
En general, la combinación de lenguaje en desarrollo, la necesidad de independencia y el desarrollo emocional puede hacer que los dos años sean una etapa particularmente difícil para los padres y/o cuidadores.
Algunas señales comunes de entrada en esta etapa:
- Berrinches. Los niños pueden tener dificultades para regular sus emociones, lo que puede llevar a berrinches y llantos intensos.
- Negatividad. Los niños pueden decir «no» con frecuencia, incluso a cosas que normalmente les gustan.
- Comportamiento desafiante. Los niños pueden desafiar las reglas y los límites establecidos por los padres y cuidadores, y pueden mostrar comportamientos como golpear, morder o patear.
- Dificultades para compartir. Los niños pueden tener dificultades para compartir y pueden mostrar comportamientos posesivos hacia sus juguetes y pertenencias.
- Independencia. Los niños están aprendiendo a ser más independientes y pueden querer hacer las cosas por sí mismos, lo que puede llevar a comportamientos obstinados.
- Dificultades para dormir. Los niños pueden tener dificultades para dormir, especialmente si están experimentando cambios en su horario de siesta.
10 consejos para ayudar a lidiar con los «terribles dos años»:
- Mantener una rutina de sueño y comidas. Es importante mantener una rutina diaria que incluya una siesta regular a la misma hora todos los días. Esto ayudará a su hijo a descansar y recargar energías, lo que a su vez puede reducir la irritabilidad y el mal comportamiento.
- Ayudar a los niños a regular sus emociones a través de técnicas de calma como respiraciones profundas, abrazos y palabras tranquilizadoras.
- Desarrollar habilidades de lenguaje a través de la lectura y la conversación. Leer libros juntos y hablar sobre las imágenes puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades de lenguaje y comprensión.
- Redirigirlo cuando sea necesario. Si su hijo está teniendo un mal comportamiento, intente distraerlos con una actividad diferente.
- Anticiparse a explicar las situaciones. Si su hijo sabe que no hay tiempo para jugar antes de la siesta, será menos probable que se resista y se comporte mal.
- Establecer límites claros y consistentes con los niños de dos años. Los niños a menudo buscan límites y estructura, y pueden sentirse más seguros y cómodos cuando saben lo que se espera de ellos.
- Dejar que su niño pequeño tome decisiones. Los niños de dos años están aprendiendo a tomar decisiones por sí mismos, lo que puede ayudar a disminuir el comportamiento desafiante. Ofrezca diferentes opciones apropiadas para su edad y permita que su hijo elija entre ellas.
- Evitar situaciones que puedan desencadenar rabietas. Los niños de dos años pueden ser más propensos a tener rabietas si están cansados, hambrientos o abrumados. Evite estas situaciones siempre que sea posible y tenga snacks y juguetes disponibles para mantenerlos entretenidos.
- Mantenerse tranquilo. Cuando su hijo tenga un mal comportamiento, trate de mantenerse relajado y tranquilo. La reacción emocional de los padres puede afectar la forma en que el niño procesa la situación.
- Felicitar por el buen comportamiento. Es importante reforzar el buen comportamiento de su hijo con elogios y recompensas. Esto puede ayudar a reforzar comportamientos positivos y disminuir los comportamientos desafiantes.
Finalmente, es importante recordar que los terribles dos años son temporales y que los niños continuarán creciendo y desarrollándose. Con paciencia, amor y estrategias efectivas de manejo del comportamiento, los padres y cuidadores pueden ayudar a los niños en esta etapa difícil y emocionante del desarrollo infantil.